Era tan fácil llamarte y hablar contigo… sólo presionaba tu foto... aquella en la que estás en una playa en La Punta, aquel día aún soleado de Abril de hace algunos y cada vez más lejanos años, que te tomé… de las tantas que tengo para verte y recordarte para siempre...
Hoy salía, es 16, del trabajo e iba a hacer una llamada, siempre te veo... estás como contacto frecuente o estabas...
Hoy salía y ya no ví tu foto en mis contactos frecuentes... hace algún tiempo, dejamos de vernos y conversar, debe ser por eso....
Hoy es 17, otro día mas sin verte, estoy saliendo para mi trabajo... ya no escucho tu voz, tu vocecita que me engreía, que me gustaba tanto, sobretodo cuando me decías, sí (en mis oídos, en mi interior, en mi cerebro… yo lo escuchaba como “shi”)... Me gustaba tanto que hasta me excitaba, por eso me gustaba que me dijeras “shi”… me parece raro que esto, lo de nosotros, se haya cortado, no tanto de la noche a la mañana, lo que sí creo, era que estábamos en instancias decisivas, además de "¿única? y romántica Pandemia juntos", hubiera sido muy decisiva...
Estoy escuchando la excelentísima voz de la canadiense Celine Dion haciendo dúo con su compatriota, el inacabable Paul Anka, cantando “Is hard to say good bye”, cuyo título y letras coinciden con el momento del que te estoy escribiendo…
Chiquita... ya no te escucho, ya no te veo, ya no te siento...
No... tampoco tomo gaseosas a pesar del verano y el calor... Ya no quiero, no quiero helados... No quiero sacarle fotos a nadie, no quiero ver la Champions League...
Tampoco puedo sonreír sin ti, no quiero, no puedo cantar, me resulta difícil hacer cualquier cosa sin ti…
No quiero caminar, tampoco no puedo hacerlo por mucho tiempo…
Sabes que estoy triste, cuando estás triste… Sabes que soy feliz cuando eres feliz…
Pero hoy, solamente estoy triste…
Se vinieron muchas cosas en contra… la Pandemia entre ellas, que así como mató tanta gente, terminó de matar nuestro ¿amor?…
Tu exquisito gusto y conocimiento musical que inclusive a mí que soy un melómano incorregible, nutrió de conocimientos y nuevas versiones de viejas canciones…
Tu delicadeza, suavidad, ternura y también tu fuerza para hacer el ¿amor?, tanto, que el hueso púbico me quedaba doliendo, tanto que dormía y despertaba para volver a hacer el ¿amor?… como voy a olvidar cuando tú también me despertabas, con hambre de mi cuerpo… no dormíamos…
Estoy en el trabajo y antes pensaba que mas tarde volvería a verte y me impacientaba por lo lento que pasaban las horas y a la vez tú me decías que en tu trabajo, todo el día me sentías dentro de ti… ya no es así, me aburro en el trabajo y que raro... ¿Quién quitó los colores?, todo esté en blanco y negro... ¡Uyyy, chucha!... ¿Por qué me puse chompa si estamos en verano?... Ummm, con razón la gente me miraba de forma rara en la calle y hasta se reían...
¿Quién dice que el amor, la pasión y el “enchuchamiento” no existen al tener 60 años o más?, pero no era sólo eso, éramos amantes, compañeros y sobretodo, amigos… ¿era amor?, finalmente al no sobrevivir me parece que no...
Recuerdo cuando fui joven, pensaba que pasando los 50 años era imposible y hasta ridículo…
Ahora escucho y veo a la vez el vídeo de Billy Joel cantando el conocido cover “Hey Girl” y al comenzar la canción reconozco al baterista que toda la vida lo acompañó y lo sigue haciendo (Liberty DeVitto) también envejeció, como todos pero veo que, como siempre no le importa vestir informalmente a pesar de que la canción y el vídeo sugieren, tener un poco de seriedad, de formalidad… han pasado los años pero en el video de este cover, Billy Joel (Willian Martin Joel), aún tenía pelo, actualmente no tiene nada…
Las noches que pasamos juntos queriendo que no se terminen nunca…
Gracias por todo lo que me diste y por lo que no me diste…
Dicen que hay otra vida después de ésta, te prometo que si es así, te buscaré y serás mía completamente, no me volveré a equivocar…
Tú sabes que te quiero aunque nunca te lo diga… no es necesario porque las actitudes y mi comportamiento contigo te lo decían siempre, ahora mismo te lo estoy diciendo al escribir éstas líneas…
No puedo tener sexo con otra mujer que no seas tú, que no huela como tú, que no me hable como tú, que no tenga esos gemidos como tú… que no tenga la piel tan blanca, un color blanco tan especial como el tuyo… que me llame como tú lo hacías (nunca me llamaste por mi nombre)…
No tiene nada que ver pero te lo escribo, como una especie de analogía, recuerdo el año 2008, fuimos campeones en Hermes, a pesar de que trabajábamos en la madrugada, a pesar de que la final lo jugamos contra tremendos roperos (yo no jugué la final, sólo grité como loco desde el alambrado que rodeaba la cancha de fulbito porque quedé lesionado de la rodilla en la semifinal), mis compañeros por la edad, parecían mis hijos, por eso el día que celebramos, con la autoridad que me daban mis años en comparación a la de ellos, no me cansaba de decirles “chicos, atesoren este momento, este tiempo, tómense fotos hasta de cabeza, recuerdenlo siempre… tal vez nunca vuelva a pasar”, han pasado quince años y nunca volvió a pasar…
Yo, a pesar de mi experiencia no apliqué lo que pregonaba o es que, el amor ¿existe?, ¿vuelve estúpidas a las personas?, ¿O qué?.
Nosotros, ustedes, todos, muchas veces no sabemos valorar los buenos momentos vividos... hasta que se convierten en recuerdos... tal vez, vengan mucho mejores... pero jamás serán iguales...