jueves, 9 de junio de 2022

INR


En la foto, Diciembre de 2020,estaba con 92 kilos de peso, en el encierro, sobretodo el 2021, baje 20 kilos de los que debo haber recuperado cinco kilos pero ya no la masa muscular, a mí izquierda mí amigo Aldo y el Sr. Trauco que también tienen Parkinson.

INR
- Siempre te veo sentado, aquí, después de mis terapias y haberme hidratado, aseado y cambiado, le dije.
- Soy de ICA, estoy descansando después de mi primera terapia, me dijo y espero la segunda…
Decidí hablarle porque siempre lo veía… así como los trabajos te traen compañeros y amigos, también el fútbol, también el colegio, la Universidad, etc., en este caso, mi enfermedad me trajo un compañero en el hospital INR (Instituto Nacional de Rehabilitación) en Chorrillos, que ni siquiera era de mi grupo y tampoco tiene el problema que yo tengo, claro que en mí grupo conocí a varias personas y hasta tengo un amigo con el que me comunico siempre, él está en el norte en San Pedro de Lloc.
- ¿Tú vienes por el SIS?, me preguntó…
- No, le dije, yo soy de ESSALUD y creo que ya jubilado por mi enfermedad, bueno, así figura en mi documento de ESSALUD… Beneficiario de Ley 30425…
- Ahhh, eres pagante… yo no, menos mal, todo mi tratamiento es gratis, no pago nada y vengo desde Ica, estoy en casa de mi cuñada, allí tengo una cama y ella me da mis comidas, tuve un ACV y quede muy mal, no podía hacer mis cosas, mi esposa me ayudó en mi lenta recuperación y cuando empecé a estar mejor, me envió aquí con su hermana.
Pero, yo te veo muy bien, estás normal, ¿que problema tienes?...
- Tengo Parkinson, me lo diagnosticaron hace casi dos años, por ahora tengo una rigidez más o menos manejable, pero una lentitud desesperante de movimientos, los médicos que me han visto, me enviaron a hacer terapia física… no me dijeron dónde, yo solo encontré este lugar que ni siquiera pensaba que existía, manoseando el teléfono…
Lo ví varias veces, el tiempo que fui al INR, hasta cuatro días antes de que el Presidente Vizcarra, ordenará el confinamiento obligatorio en el país, por causa de la Pandemia.
Hago un paréntesis, para contarles que el INR, queda en Chorrillos çamino a Villa el Salvador, (tu conoces el lugar Jesús Ernesto, sino que te has “apitucado”) y ahora vives en Santiago de Surco, antes de llegar al conocidísimo conjunto de pantanos de Villa (mis lagunas en mi niñez y adolescencia, cuando toda esa zona era un desierto y los pantanos, un oasis de agua purísima), pertenece al MINSA y es todo gratuito para los que tienen ese seguro, los demás debemos pagar todos los servicios, pero eso si, no vayan a pensar que por ser del MINSA, sea un hospital, donde los pacientes estén hacinados y peor aún por su condición, maltratados… para nada, hasta parecía una clínica privada, al menos el tiempo que estuve por allí (Noviembre 2019-Marzo 2020), cuando tengan un problema físico y necesiten rehabilitación, vayan por allí, los van a tratar muy bien.
Me dijo su nombre, pero no lo recuerdo, a pesar de que hablamos varias veces, tampoco hicimos amistad porque no tenemos contacto actualmente…
Sacó de su mochila una bolsa de plástico donde tenía fruta y me invitó un poco de uvas y una mandarina, que acepté por el gusto que él tenía de dármela porque en realidad yo estaba recontra hidratado y también ya había comido frutas… cuento esto para hacerles ver cómo la gente que tiene menos es la que se esfuerza en agradarte, hacerte sentir bien y compartir lo que tiene y me acordé de este pata y se me ocurrió escribir por  lo que me pasó hace unos días en mi por fin primera sesión (1 de 10) de terapia presencial de medicina física en el INCN, también del MINSA.
Fue exactamente este lunes 6 de Junio cuando ví a un señor temblando y me dije, también tiene Parkinson, después de dudar un momento decidí hablarle…
De apariencia humilde, parece que esperaba a alguien y de mayor edad que yo (que comprobé después, tiene 67 años), estaba en su periodo en OFF, temblaba, pero a pesar de todo me respondió y conversamos.
- Señor, Ud. tiene Parkinson, yo también, me adelante en decirle…
- Si, me dijo… ya llevo siete años.
Conversamos brevemente, él toma Levodopa tres veces al día y Biperideno, en mi caso, yo tomo Levodopa con Pramipexol, ya hice la prueba de “echarme” Biperideno pero parece que de alguna manera el Pramipexol y el Biperideno, se antagonizan en mi cuerpo y me “zapatea” el corazón, lo dejé de lado y preguntaré el porqué en la siguiente consulta.
En su tembloroso hablar, me dijo que trabajaba pero no le entendí en qué y me recomendó estar siempre en movimiento y tomar mucha agua.
Al extenderle la mano para despedirme, me dijo que tenía algo para mí que con apuro sacaba de su mochila, una bolsa blanca con chocolates y al no poder abrirla rápidamente, la rompió para regalarme uno y me dijo, es un chocolate de verdad (estaba en un papel platinado), yo lo recibí con mucho agrado y volví a pensar que los que menos tienen, comparten con mucho gusto contigo lo poco que tienen… Al día siguiente en la noche me comí el chocolate, estaba riquísimo y sentí el sabor a cacao (dicen que con el Parkinson, también a la larga, se pierde el gusto), con tal que no pierda el gusto por las mujeres… FMVA…