3.35 minutos, es lo que dura y era el tiempo con el que siempre jugaba bajando del microbús hasta llegar a la oficina.
Siempre haciendo lo que quieren y en los años 80 era peor, era mucho más informal que ahora, el transporte público.
Los años 1982 y 1983 si no me equivoco, llegaba en la 34 (hoy no existen, eran de color azul y amarillo), cuando venía de casa o en la 19, cuando venía de la Universidad y a veces el microbús se detenía, para bajar en el paradero del Parque de Las Leyendas y tenía que caminar rodeando ese terral que era la parte que daba a la Avenida la Marina, precisamente el Bazar de la Marina...
No existía la tienda Metro, sólo paredes y en cada esquina en una especie de torreón de vigilancia, un marinero vigilante.
Bueno, el microbús paraba allí, raras veces en el edificio de National que creo que ahora es de otra Empresa y era donde más me convenía bajar y lo peor era cuando se iba de largo y paraba en la Av. Rafael Escardó, sí, al menos quedó el apellido de los propietarios de la Hacienda Escardó, que se apropiaron o compraron esos terrenos después de todas las revueltas de la guerra de la Independencia del Perú, lo cierto es que por muchos años proveyeron, al menos a Lima, porque llegaban hasta Miraflores, con sus letras de color verde en las botellas de vidrio la leche Maranga, que por algún tiempo, peleaban o compartían el mercado con leche Plusa, leche Upa y leche Vigor... Ahora, no sé cuál es la historia de que la UPC esté allí ahora, lo cierto es que mis ojos veían cada vez que pasaba por allí, en las mañanas o en las noches a la salida a veces cuando caminábamos por allí después de que a veces hacíamos compras con mi amigo el Sr. José Manuel en Scala Gigante, a una o dos vaquitas flacas de las que no sé cómo hacían, pero vendían su leche y muy dentro mío pensaba "Son las dos últimas vaquitas de Leche Maranga"...
Volviendo al tema... bajar allí si que era lejos y debía cruzar todo ese gran campo que era el estacionamiento de Scala Gigante (tampoco existe hoy) y varias tiendas, no puedo dejar de mencionar, aunque no pasaba por allí, camino a la oficina, a "El Maranguito", restaurantes y chupódromos en las galerías, hasta pequeños locales que fungían, por decirlo de alguna manera, como discotecas, el "Red Lyon" por ejemplo, un edificio del Banco Wiese, una panadería y como todo lugar cristiano normal, en la calle Martín de Murúa, su respectivo burdel "clandestino"... Ahora está Hiraoka y en los años 2000 aproximadamente existió un centro comercial llamado Marina Park, creo que hubo hasta cines, que fue un fracaso. El año 2017 mas o menos (mi Gaby Milagros, muchas gracias por acompañarme y soportar todo mi discurso de recuerdos), recorrí esos lugares para recordar y sólo ví un depósito de fierros viejos, un cementerio de vehículos y una cancha de fulbito.
No me fijé si el edificio más alto que había en las inmediaciones seguía perteneciendo al Banco Wiese o en los años de ahora al Scotiabank que lo compró y por éstos días, corre el rumor de que se van del país... lo cierto es que están cerrando agencias...
Cuando esta especie de buses articulados, creo que los rotularon como 13B, empezaron a circular por la Av. La Marina, los paraderos se convirtieron en inapelables... O en el Parque de las Leyendas o en la Av. Escardó.
Bueno, regresando al tema principal de mi relato, les decía que duraba 3.35 minutos y muchas veces tuve que jugar con ese tiempo para poder marcar tarjeta a la hora y sin tardanza... el horario que tuve el tiempo que trabajé en la Cía Molinera del Perú S.A. mas o menos regular (porque varió muchas veces) fue el de ingresar a las 10.00hrs. de la mañana (cuando venía de casa) o a las 13.30hrs. (cuando venía de la Universidad) y por la premura del tiempo, muchas veces después de pelear con el conductor y/o cobrador, por "lentejas" y porque no me dejaban en la esquina del edificio de National, llegaba al filo de la hora.
"Alone again" de Gilbert O'Sullivan, duraba 3.35 minutos y mientras apuraba el paso (pero sin correr) para llegar a tiempo, después de caminar sin pisar las rayas, mirando mi reloj de pulsera y recordando si el reloj en el que marcábamos estaba adelantado o atrasado con respecto al mío el día de ayer, el disco de 45RPM iba dando vueltas en mí cabeza...
Les contaré que por lo menos, si mal no recuerdo, los años 1982 y 1983, aún marcábamos tarjeta en forma "picapedresca"; para que los jóvenes me entiendan la tarjeta era un cartón con el nombre de los empleados que debíamos meter en la ranura del reloj para que marcara la hora (con el sonido onomatopéyico de un golpe), impresa...
Pedro Picapiedra, marcando tarjeta en los años 60... En los 80 era parecido pero ya no había dinosaurios...
Ya en los siguientes años apareció (no apareció, la tecnología avanzaba) el fotocheck que llevaba una banda magnética, como las tarjetas de banco, que tampoco se usan hoy.
El caso es que el Departamento de Personal, muchas veces sacaba las tarjetas después de la hora de entrada del grueso de empleados, para hacer el control y se llevaba también mi tarjeta; en ese caso, no marcaba pero tenía que "superar otro escollo"... el vigilante... Y como no había otro control, lo que mandaba en este caso, era la hora que me pusiera el vigilante.
Entraba "embalado", oe' pon las 10, oe' las 13.30, pero llegaba calmado a la oficina. Recordando bien, todas esas "oe' pon las 10" u oe' las 13.30, deben haberme costado un par de tallarines saltados de la "Casa China" que tenía su local en la Av. Escardó, aunque pensándolo bien y en otro, relato, cuento, post o como quieran llamarlo, les contaré que me sirvió para muchas cosas, claro que también el vernos con los vigilantes todos los días, nos convertían en una especie de compañeros de trabajo y hasta amigos.
Esta imagen es del año 1988 o 1989, en la oficina de Sistemas en San Miguel. Víctor Alberto Silva Gómez, Miguel Ángel Zevallos Arias y Felipe Martín Vela Apaza.
Víctor y yo éramos Digitadores, Miguel fue Operador del IBM S/34 y el IBM S/36. El año 1989, la Empresa nos envió a Miguel y a mí al Instituto San Ignacio de Loyola a seguir un curso de IBM S/36.
Miguel, falleció en un accidente, cuando regresaba de Tacna el 26 de Abril de 1990, de vacaciones.
En la foto aparece la Estación Doble de Datos IBM 3742, los documentos que procesábamos, a lo lejos un Diskette flexible de 5 1/4', donde grabábamos los datos, un radio de la época con tocacasettes, una bolsa de Scala Gigante, un diario, que agudizando la vista, si la tira cómica es del flaco Fairle y el personaje es "Sampietri", debe ser el "Última Hora".
Para terminar, si "Alone again" terminaba antes (in my mind), de que marcara, era tardanza pero si no había terminado, significaba que había llegado a tiempo. La canción es linda en sonido e interpretación pero muy triste en sus letras... habla del deseo de suicidio, de la muerte de la madre, del recuerdo de la muerte del padre, de quedarse solo; es del año 1972 y es lo más comercial que tuvo Gilbert O'Sullivan, a mí me recuerda mucho la transición de ir a vivir desde Miraflores a San Francisco de la Tablada de Lurín, claro que también está "Claire"; a mí personalmente me trae muchos recuerdos "Own our baby" que la escuchaba por el verano del año 1979 y para ser sincero, me recuerda a tí, Hilda Natalia...
El edificio de las oficinas administrativas de Cía Molinera del Perú S.A., estaba ubicado en la esquina de las calles César López y Carlos Gonzales. La empresa pertenecía al Grupo Nicolini, en los años 90, Álicorp compró todo. Si mal no recuerdo y entendí bien en una reunión de despedida de los empleados, porque yo estando en la Fábrica de fideos Lavaggi Hnos (también del Grupo Nicolini) volví a pertenecer al de alguna manera a la Empresa; el edificio lo llegaron a vender y Álicorp, creo que nunca puso sus garras allí, ese tiempo tenía cuatro pisos. Actualmente, el edificio tiene 10 pisos y pertenece a la multinacional energética italiana ENEL. Gracias por leerme, FMVA...