sábado, 18 de febrero de 2023

SUSANITA




Llegaste a casa ya grandecita, aunque eras una niña… lo eres hasta ahora y no dejarás de serlo…

Eres calicó y tus ojos son de diferente color.

Cuántas veces hemos dormido juntos y sobretodo en invierno, por el frío y la humedad casi extremas (aquí en San Francisco de la Tablada de Lurín).

Claro que te quiero y al nombrarte, también recuerdo el nombre de una ex compañera de trabajo qué se llamaba como tú, no confundir, era su segundo nombre. Te entiendes casi a la perfección con mi madre, parece que hablaras con ella porque las dos hablan, cada una con su propia voz y con su propio idioma.

No te gusta ver triste a mamá, parece que lloras cuando ella está así, te asustas cuando ella se asusta y le tapas la boca con tus patas cuando ella grita cualquier cosa, por ejemplo ¡¡¡gool!!!. 

El tiempo que duró la Pandemia, no te gustaba que saliera a la calle…

Lo normal en los gatos es que se asustan cuando ven vestido de diferente manera a sus dueños, pero tú eres diferente y todo lo contrario, cuando me disfrazaba ya sabías que era para salir, me seguías y maullando me decías “no salgas Felipe, que es muy peligroso”.

Mamá estuvo ausente de casa por unos días, porque tuvo un accidente que requería atención de urgencia en el hospital y tú la esperabas en la puerta, el portón por el que pasamos todos los que ingresamos a casa, de día, de noche, sin importarte si hacía frío o calor, me rompía el alma verte así, pero lo bueno es que mamá regresó a casa a los siete días.

Duermes casi todo el día, como todos los de tu especie, pero eres una excelente sensora de movimientos de tierra (temblores), excelente control de cuando entran y salen de casa o cuando se acerca alguien a la ventana que da a la calle.

Tienes ya ocho años acompañándonos y no sé a cuántos equivalen comparándola con la edad de nosotros los humanos (voy a revisar eso).

Kayser tiene creo tres años y no lo aceptas a pesar que lo viste crecer desde que era un cachorro.

Eres parte de la familia… si tú no estás, sentimos el vacío, alguien falta.

Tuvimos durante nuestra vida a varios y varias felinos/as como tú y a todos los hemos querido mucho.

Tú sabes que me encantan los gatos.

Queremos escuchar por siempre tus miaus, Susanita…



jueves, 16 de febrero de 2023

LAVAGGI HNOS, ALGUNOS RECUERDOS…


Juan Orlando Nolasco Sánchez (transportes), Pedro José Fernando Barrenechea Chávez (almacén), Felipe Martín Vela Apaza (Sistemas) y Jorge Víctor Hurtado Espichán (logística). En una foto de Marzo de 2018.



El día Sábado, pasé después de casi 23 años por tus calles creo que no había ido por ahí desde aquel 31 de octubre de 1996, cuando me dijeron hasta aquí nomás. 

Siempre recuerdo mucho cuando llegué por primera vez aquel mes de mayo de 1992 cuando ví que por dentro era tan antiguo que lo único que faltaba era que encontrara dinosaurios vivos, ya lo he comentado antes… encontré de todo pero también, buenos compañeros y buenos amigos, cuya amistad conservo hasta hoy. 

Me divertí mucho y reconocí que la gente era y podía ser mucho peor de lo que conocía, en todos los sentidos.

Me hizo recordarte mucho el edificio que parecía una especie de inspiración de chinos y que antiguamente parece que fue un chifa, increíble pero nunca lo averigüé, era la casa de Violeteta, como decía un señor que conozco. Todas tus calles cambiadas completamente, aparentemente sin tanta delincuencia, están tan cambiadas que ahora existen muchos negocios. 

La cancha de fulbito a dos cuadras de la empresa, igualita pero ya no con la misma gente, sino con muchos jóvenes que ni siquiera habían nacido cuando estuve por allí, por la época de las famosas polladas, Carmen, no te llamas Carmen, siempre te recuerdo; Ricardo (no te llamabas Ricardo) nuestro monstruo que se murió con sida, muy de moda en ese tiempo y que desgraciadamente contagió a su mujer y a su hijo, lo que pasa es que cerca a su casa vivía una colonia, un nido de maricones pero de esos buenos que parecen mujeres (trabajaban por San Isidro, es lo que me contaba), no aguantó la tentación, lo contagiaron y murieron los tres, una desgracia; comento esto porque él, trabajaba como ayudante en los camiones de carga de camiones que salían llenos de fideos, Lavaggi Hnos. era más que todo un centro de reparto de fideos y también de productos de Molinera del Perú S. A. 

También y porqué no decirlo, era el que cuando yo estaba completamente borracho y según yo, recién llegaba la hora de irme, lo abrazaba fuertemente (él ya sabía porque) y sea la hora que sea, no lo soltaba hasta que me llevara a tomar mi taxi a la carretera central, como sea,  caminando en medio de la oscuridad, como a él lo conocían todos,  no había problemas para caminar por allí, por aquellas calles casi completamente a oscuras; recuerdo que bajaban en grupos desde los cerros para asaltar a los incautos. Recuerdo claramente haber visto a uno de esos grupos con una especie de lanza, lo cuento y lo digo porque diariamente salía tarde de la oficina porque me quedaba haciendo el listado de los repartos para el día siguiente y siempre que salía le pedía al vigilante que me acompañara hasta la puerta mientras tomaba un taxi, la puerta principal de la empresa quedaba en toda la carretera central. 

Siempre los campeonatos los jugábamos en el Parque Zonal Cahuide, nosotros siempre nos reforzábamos convenientemente con uno o dos de los ayudantes de camiones para asegurarnos el campeonato.

Este parque zonal era de lo más atrasados y descuidados en su mantenimiento, el día sábado que fui, ví que hasta piscina tiene, el parque de donde tengo fotos del año 96, recordándote y sabes quien eres, fue en el parque y lo recuerdas, tu nombre no lo diré, ha cambiado completamente, más grande, mejor mantenimiento, más orden y otra gente también porque no son los mismos.

El año 1996 volvimos a campeonar, fuimos los últimos campeones yo fui el último goleador, 13 goles (porque todo se acabó ese año y fuimos absorbidos por Alicorp), del último campeonato de la fábrica de fideos Lavaggi pero no tanto porque ya pertenecíamos a Molinera del Perú S. A. y al grupo Nicolini que en unos meses o mejor dicho ya desde antes había desaparecido legalmente para formar el conglomerado de empresas de Alicorp. 

Nosotros fábricábamos y empaquetábamos los fideos Lavaggi y algunos tiempos los fideos Nicolini y sí, los fideos Lavaggi eran al huevo pero con huevo natural no eran químicos yo recuerdo las camionadas que llegaban de nuestro proveedor exclusivo y no sé por qué, bueno si sé pero muchas cosas se saben pero no se dicen tampoco, cómo también recuerdo mis desayunos después del reparto, con inmensos tortillas de cuatro o cinco huevos.

La fábrica de fideos Lavaggi de quedó convertido en sólo un almacén y casi  completamente clausurado porque están haciendo trabajos de la estación del metro número 2 justamente en lo que era la fachada de la fábrica, pero sí pude ver la parte trasera donde fabricaban los corn flakes, por dónde se escapaban los obreros (no todos) cuándo venían sus esposas por la puerta principal, para irse con sus amantes, novias pasajeras o putas de turno a gastar estúpidamente todo lo que ganaron trabajando durante la semana para luego el día lunes lamentarse y hasta pedir plata prestada para poder sobrevivir hasta el siguiente sábado.

Me dio cierto miedo caminar por aquellas calles, peor ahora que estoy en mal estado físico; sentí una sensación rara entre miedo (por sí acaso no le debo ni un sol a nadie, ni tampoco recibí nada de nadie) y no sé por qué temor de encontrarme con alguien conocido pero también como yo con los años encima, de encontrarme con fantasmas del recuerdo y también parte de mi vida laboral, deportiva, chupística, de mujeres, de mucha diversión, de mucha risa, de problemas en el trabajo y claro cómo no recordar al insufrible  e intratable, mejor no mencionarlo y/o al autonombrado jefe que no sabía dónde estaba parado pero tenía privilegios al 100% gracias a cosas que todos sabíamos pero nadie lo dijo, ni lo dirá; solamente los recuerdo, peor ahora que se han adelantado ya en el camino por el que vamos a ir todos. Cómo no recordar al compañero que con sus malabares numéricos entre la producción, sistema, almacén, reparto, devoluciones, peso de camiones a la salida, peso de los camiones al regreso… entregaba un informe diario casi impecable a la Gerencia. Hay 1000 de cosas que recordar, desarreglos, arreglos, etc. 

Hace algunos años me enteré de que nadie quería siquiera alquilar el local, no sé si lo habrán vendido no sé de qué estará funcionando, pero si nadie quiere alquilarlo o comprarlo debe ser porque los fantasmas existen y todas las historias y eventos que pasaron dentro de la empresa aún dan vueltas por ahí y evitan de alguna manera que su zona sea ocupada por las personas que nos consideramos vivos, ¿o nosotros estamos muertos?.

martes, 7 de febrero de 2023

EL ECO DE UN TAMBOR

Envié primero a algunos de mis contactos, una canción del grupo norteamericano llamado “Exile” con el tema “Kiss all your over” del año 1978 y me pregunté, ¿y los salseros?.

Entonces me acordé de “El Eco de un tambor”.

Recuerdo claramente, que en 1978 compré este disco simple “El Eco de un tambor” que fue el primer éxito de Andy Montañez con la “Dimensión Latina” de Venezuela a la que se incorporó el año 1976 después de haber dejado a “El Gran Combo de Puerto Rico”, pues Oscar de León a su vez había dejado a los venezolanos para seguir una carrera como solista… recuerdo que fueron grandes movimientos de cantantes estelares de la música salsa y de dos orquestas de gran renombre; Vladimir que antes había sido primera voz de la “Dimensión Latina” pasó a ser segunda voz porque comercialmente fue superado por el bajista Óscar de León; cuando Andy Montañez llega la “Dimensión Latina”, Vladimir queda como segunda voz. En “El Gran Combo” quedó como cantante principal Charlie Aponte y aparecía un joven Jerry Rivas como una gran revelación, después se uniría ellos Luis “Papo” Rosario con el que se formaría una tripleta de cantantes que duraría muchos años y con grandes éxitos con “El Gran Combo de Puerto Rico”.

Yo recuerdo, también de este tiempo a otro par de canciones, una de Óscar de León que parecía que se lo dedicaba a la “Dimensión Latina” (“Porque me gusta”) y también una canción de “El Gran Combo” con la voz de Charlie Aponte que parecía dedicada Andy Montañez por haber dejado a los de Puerto Rico (“Buscando ambiente”).

Yo solo quería enviar a algunos contactos esta canción que me hace recordar cuando tenía 16 años pero como siempre, se me fue la mano y me puse escribir demás y hacer una pequeña reseña alrededor de este tema:  “El Eco de un tambor”, con la potentísima voz del niño de Trastalleres.

Porque le dicen así?

Porque era oriundo de un barrio llamado así en Puerto Rico.

Todo lo escrito anteriormente lo hice completamente de memoria porque viví ese tiempo y siempre me gustó, me gusta y me gustara la música… recuerdo que por ese tiempo aún no había luz en San Francisco de la Tablada de Lurín y escuchaba y me nutría de música para el Sound Track de mi vida con un pequeño radio a pilas de marca National que tenía AM y FM, no recuerdo bien si me lo vendió  el “loro” Marco Antonio o Julio Garay o alguien más de “Los Halcones” equipo por el que jugué en el año 80, pero esta reseña pertenece al año 1978; recuerdo haber comentado sobre esta canción con el “mono” Carlos Murga, compañero de promoción del colegio y mi hermano José se acuerda claramente de este disco de vinil de 45rpm, yo cursaba el quinto año de secundaria, hace 45 años… ¡¡¡asuuu!!!...