viernes, 17 de marzo de 2023

RESULTADOS INESPERADOS







 



En realidad, no recuerdo con que uniforme es que "casi" campeonamos.

La última foto es del mes de Marzo de 1992, mi última "pichanga" antes de salir de la Empresa.

Estos son algunos de los testimonios gráficos que aún se han salvado a pesar del paso del tiempo, de tantas mudanzas y de la humedad en el lugar donde vivo.


No recuerdo exactamente si era el año 1989 o 1990.

El cuadro era el siguiente:

Quedamos acomodados de tal manera que, los cuatro equipos que tenían posibilidad de campeonar, éramos Ventas DAPESA, Gerencia, Comercialización (con poquísima o nula posibilidad) y nosotros que éramos el equipo de Administración que en realidad era el equipo de Sistemas, reforzados con Richard del Águila y José Suito.

Ganamos a Gerencia 3-2, recuerdo que casi terminando el partido hice el tercer gol y no sé si por fatiga, emoción o la  aplastadera que me dieron en la celebración, tuve que salir de la cancha. En realidad el 80% del equipo del equipo de Gerencia era Gerardo Beretta y el resto eran los Nicolini, Martín, Jorge, Tito Queirolo, no sé cómo hacía Beretta para acomodar a ese equipo, extrañamente esta vez el equipo de seguridad no estaba entre los más fuertes… ganamos a Ventas DAPESA 1-0, gol de cabeza de Richard, hasta ahora recuerdo el gol, fue una jugada de córner, obstaculicé a Javier Berttochi (siempre me lo recordaba) y Richard quedó solo.

Ventas DAPESA, le ganó a Comercialización y  Gerencia a Ventas DAPESA, pero extrañamente Comercialización le ganó a Gerencia… un total enredo, no recuerdo más detalles pero de lo que si estoy seguro, es que el último partido era Comercialización vs. Administración (nosotros) y con solo un empate, éramos campeones y estaba aparentemente fácil, era el equipo más débil. Ese tiempo el partido ganado valía dos puntos.

El último partido fue una sorpresa total y muy ingrata para nosotros… por exceso de confianza o no se por que, no nos salió nada ese día, nos “madrugaron”, nos desesperamos y nos expulsaron a dos de los nuestros, creo que fueron Jesús Vergaray o ¿Celso Reaño? y JCA, una desgracia completa y el resultado 1-5, en contra.

Terminamos los cuatro equipos empatados en puntaje, ni nosotros ni nadie podía creer lo que nos había sucedido.

Recuerdo a Carlos Valencia, pegando letreros en las ventanas de nuestras oficinas cosas como “El suelo está parejo” y “Dónde están los que nos iban a ganar” o “Dónde están los campeones”… los letreros no duraron ni un minuto porque JCA, se apresuró en sacarlos.

Nosotros nos imaginábamos que iba a haber un desempate entre los cuatro equipos y que habría un todos contra todos pero nos equivocamos pues los de Gerencia acomodaron los resultados a su favor… vieron que tenían mejor diferencia de goles y se enfrentaron al equipo más débil (Comercialización, qué con el resultado abultado que tuvieron a su favor cuando jugaron contra nosotros también tenían una mejor diferencia de goles) y campeonaron, mientras que los equipos que eran considerados  los mas fuertes, Administración y Ventas DAPESA jugamos por el tercer lugar cosa que nosotros nos negamos al comienzo, pero tras la amenaza de Gerencia de no volvernos a aceptar en ningún campeonato si no nos presentábamos, conseguimos zapatillas y todo lo demás desde las casas de la gente que vivía mas cerca para poder jugar por el tercer lugar, con chalecos, igualmente los de Gerencia se enojaron pero ya estaba todo hecho y perdimos una oportunidad nosotros los de Sistemas de campeonar en la Cía Molinera del Perú S.A. Recuerdo con mucha pena ese campeonato perdido y a pesar de haber pasado más de 30 años no encuentro, ni encontraré, ni entrevistando uno por uno a mis compañeros de trabajo y equipo, alguna explicación de lo que nos pasó.


lunes, 13 de marzo de 2023

RECORDÁNDOTE

 

No sé qué imagen ponerle a esta entrada pero se me ocurrió la palabra “Recordándote” y recordé que es el título de una canción instrumental del grupo máximo de cumbia peruana, de la Leyenda Enrique Delgado Montes. En esta foto, que es parte de la foto que fue carátula del primer Long Play del año 1968 llamado simplemente “Los Destellos”, primero está Fernando Quiroz que era la segunda guitarra y el que le ponía los tintes psicodélicos  y algo de la Nueva Ola al grupo y que aún está vivo, en el medio, el maestro y Leyenda Enrique Delgado Montes, fallecido del año 1996 y el tercero es el maestro de maestros, bajista y compositor inacabable Humberto “Tito”¹ Caycho Alcántara, fallecido el año 2016.

¹ Tito, como mi querido amigo Washington.

Pero esto no tiene que ver nada de nada con la historia que voy a contar solo se me ocurrió la palabra “Recordándote” que es el título de una canción de Los Destellos…


Nadie lo supo, nadie lo sabrá…

Cómo una frase al comienzo de las historias de “El monje loco”, una revista que leían los de mi generación y que muchos deben recordarla.

“Nadie sabe, nadie supo, la verdad sobre el pavoroso caso de…”

Jajaja, así como burrerías, Aniceto Verduzco y Platanares, Hermelinda Linda, mini cárcel de mujeres, etc. etc.

Vayamos al recuerdo… con mucha pena…

Éramos jóvenes, pero cada uno por su lado, dispuesto a tomar su propio camino, ni siquiera nosotros lo imaginamos, eran los años 80.

Yo menos… a mi me gustaba tu hermanita menor pero aquellos tiempos, en que tú y yo teníamos cada uno su pareja, podía considerarse un abuso infantil.

No recuerdo haber ido a tu boda, tampoco si fuiste cuando yo metí las cuatro patas con quién no debí hacerlo (buscaré testimonios gráficos en mis viejos y olvidados archivos), aunque como dices tú po’, “me da lata”, jajaja. Esa partecita es para ti…

Jajaja, lo de las asistencias o no asistencias a las bodas, claro que me acuerdo bien, yo recuerdo todo... lo escrito son sólo recursos de quién escribe, o sea mí persona.

Nuestras parejas se conocían.

Pero quien sabe las sorpresas que nos da la vida… te fuiste lejos, al sur de Lima, pero era igual para mi e igual para ti, no nos afectaba.

Vi a tu hermanita un par de veces entre los años 80 y el 2000, pero nunca más y lo más probable es que no la vuelva a ver, tiene su vida lejos de Perú.

Los años pasan sin inmutarse por las gracias y desgracias que nos pasen a nosotros, los mortales.

El tiempo pasa pero tanto para ti como para mí, los años no nos destruyeron físicamente y al contrario parece que nos mejoró.

Esto de las redes sociales es un tremendo peligro, aparecieron y modificaron completamente nuestras vidas; a mi personalmente me cambió todo y fue muy decisivo en muchas instancias. No me arrepiento, jamás lo haré.

Ya habían pasado los años 2000 y como siempre el Internet tiene la culpa y nuevamente es protagonista.

Ví tu foto en Facebook (dije… ¡¡¡asuuu!!!) y empezó todo.

Me atreví a hablarte, pensando que solamente sería un saludo, es más, para mis adentros pensé, tal vez no me contestes o peor aún, tal vez ni me recuerdes (así como “dicen” desde Suecia, nunca mejor aplicada la frase “se hace la sueca” increíblemente y sabes que va para ti). 

Pero (también increíblemente) me respondiste y de la mejor manera y hasta recordaste los años 80, es como si la vida, el destino, el azar, etc.etc., hubiera estado esperando alguna coincidencia para poder comunicarnos y/o que uno de los dos diera el primer paso.

Empezamos a comunicarnos regularmente, nunca coincidimos por aquí, pero sí en otros lados.

Eran años en que todavía estaba sin esta rara enfermedad, así que manos y todo lo demás a la obra, abrir expedientes, ponerse a disposición,  o como dicen en Colombia “a camellar” (a trabajar), etc… que buenos tiempos pasamos (no debo ni quiero decir mas), solo nosotros dos lo sabemos…

Las cosas por tu lado se arreglaron o al menos se hicieron mas tolerantes, por mi lado no había problemas.

A pesar de todo, seguimos comunicándonos y hay días especiales que nos saludábamos… como no voy a recordar el número del día de tu cumpleaños que es un día muy especial para mí.

El tiempo siguió pasando y tú cada vez más linda físicamente y yo también me mantenía pero los momentos de locura ya habían pasado.

2018, me diagnosticaron Enfermedad de Parkinson… 2020, enfermaste y lamentablemente falleciste a causa de COVID19.


jueves, 9 de marzo de 2023

MI AMIGO CÉSAR FERNÁNDEZ DE CASTRO


El martes pasado que me llamó mi amigo César, me decía…
“Felipe, que buenos tiempos en nuestra niñez, a pesar de la pobreza en que vivíamos (en San Francisco de la Tablada de Lurín)… nunca voy a olvidar aquellas noches que jugábamos bajo una luna llena increíble, tanto, que parecía de día…”
Cuando escuché esas palabras me acordé de mí papá que nos contaba cuando éramos niños, nos decía: “En mis tiempos la luna era más grande” y siempre se me quedó eso en la cabeza.
Recuerdo que ellos eran seis hermanos y tres hermanas, todos excepto uno de ellos, están en USA… La Pandemia se llevó a un hermano (Álex) y a una hermana (Sonia), una cuñada y dos sobrinos, una total desgracia; César venía unos días a Perú y regresando, (él es mecánico de aviones) lo mandan a Irak…
Yo recordé con él otras anécdotas pero me olvidé recordarle, un día verano que salimos a las 05.00hrs, creo que fue en 1976, para cruzar el desierto de Villa el Salvador, tenía 13 años de edad. Ya he contado antes, lo peligroso que era ir a la laguna (parte del llamado hoy, Pantanos de Villa).
Pero esta vez, fuimos con César a la altura de la playa Venecia, por el hoy, peaje y ya a las 06.00hrs, nos estábamos bañando en el mar.
En nuestra escasa edad no medíamos tampoco el peligro del mar que como sabemos, los que hemos ido o pasado para ir al sur, que es mar abierto y las olas son tremendas y ese tiempo era una playa donde no había nadie y el mar que siempre te jala… simplemente si tenías problemas te ahogabas y punto.
Como era de bajada llegábamos rápido, el problema era por la parte que era desierto puro, bajamos por el “Lomo de Corvina” y fue esa vez que vi la razón del porque cambiaban las manchas, pues ese cerro de arena lo veía todos los días desde mi casa. Eran una de las miles de especies de espinas que existen en los desiertos, pero éstas crecían en el aire y se alimentaban de la humedad del ambiente (al frente, estaba el mar) y se movían por el fuerte viento. “El Lomo de Corvina” es histórico pues fue uno de los lugares de la llamada Batalla de San Juan de Miraflores, yo personalmente me imagino que fue una verdadera guerra en el desierto, al igual que los cerros de la actual Pamplona de Villa María del Triunfo y el”Morro Solar” de Chorrillos, aunque estos dos últimos mucho más pedregosos que el “Lomo de Corvina”.
Durante la incursión de los chilenos, Jorge Basadre apenas menciona a “La Tablada de Lurín”, el chileno Baquedano, como un sitio desde donde preparar la invasión a Lima, un lugar cómodo para descansar o para retirarse en caso fracase la invasión. Otros historiadores la mencionan como un lugar inhóspito, pero según la Arqueóloga Josefina Ramos de Cox, fue un asentamiento humano importante de la era precolombina.
Pero regresando a mi relato después de habernos bañado en el mar por una hora venía lo más desagradable… el regreso,  en pleno verano y de subida era terrible; recuerdo que regresábamos sin ropa solamente con la zapatillas puestas totalmente desnudos y hasta queríamos sacarnos la piel para no sentir calor, si se hubiera podido, lo hubiéramos hecho…
Nada comparable al regreso de los días de playa cuando aún no existía el circuito de playas de la Costa Verde y teníamos que subir de regreso la quebrada de Armendáriz de terreno totalmente pedregoso, con piedras redondas de río, cuando vivía en Miraflores.
Es increíble pero ese lugar desértico, que era un desierto de verdad (esté ahora habitado), porque es arena pura y yo recuerdo, haber visto y nadie me lo ha contado, desde mi casa de San Francisco de la Tablada de Lurín, verdaderas tormentas de arena como en las películas, verdaderas tormentas de arena en Villa El Salvador, que tapaban completamente la vista del mar y si era por los atardeceres la arena cubría totalmente el sol. Aclaro que cuando digo desde mi casa, no era que viviera en el cerro sino en una especie de Loma, como las Lomas de Lachay, anteriormente ya expliqué lo que era un tablazo que era una elevación de terreno que antes fue mar.
Con César tenemos un sinfín de anécdotas que recordar y así como se los estoy contando a ustedes también lo está leyendo él, incluso teniendo mi edad estudió un año de la secundaria con mi hermano menor José.
Yo los recuerdo a todos, son parte de mi niñez y adolescencia… se fueron en Julio de 1977, a vivir a San Juan de Miraflores… todos tenemos diferentes caminos a pesar de partir del mismo tronco, misma vecindad, mismo colegio, Universidad, centro de trabajos…
Espero te haya gustado el recuerdo César y hablamos en cualquier momento, un abrazo.

jueves, 2 de marzo de 2023

TÍMIDO, FOREVER


Le decíamos paradero 26... Baja en el 26!!!... era el paradero en el que me bajaba, mas atrás, sin ningún orden numérico, estaban el paradero 31, el paradero 41, la curva de las lechuzas, maderas, etc.... 

Un tiempo, entre la curva de Nueva Esperanza y lo que hoy es un Centro Comercial, tú conoces de que sitio hablo ¿recuerdas?, por el Plaza Vea, por el grifo. (mensaje implícito, criptográfico o como quieran llamarlo)... hicieron una buena pista de entrada a San Francisco de la Tablada de Lurín, con barandas. Con el tiempo en dos accidentes, se volaron la baranda por dos sitios diferentes y ya se imaginarán a lo que voy…

¡Bajan en la baranda rota!, entonces el chófer y/o el cobrador replicaban “cuál, ¿baranda rota uno o baranda rota dos?”...

Todas las unidades de transporte público eran conocidas, hasta tenían su nombre... "Chiqui Chiqui" (por que así sonaba ese vehículo cuando andaba, de tan grande y viejo, casi sin iluminación interior y el dueño estaba orgulloso, pues inclusive mandó a pintar en una parte lateral del bus, ese apelativo),  "Arita" (publicidad de carrocerías Arita donde repararon aquel carro), entre los que más recuerdo y sobre todo el primero de donde tengo una anécdota, experiencia o como se quiera llamar qué contaré en otra ocasión... 

No había luz, no había delincuencia, al menos como ahora; eran aproximadamente diez cuadras que debía caminar de subida, para llegar a mi casa... casi en completa oscuridad, eran los años 1974 y 1975, tenía 12 y 13 años, llegaba en las noches del colegio alrededor de las 20.00hrs. o más, estudiaba la secundaria en la GUE Ricardo Palma en Surquillo. Para ser más exactos, el año 1974, me esperaban muchas veces papá, mamá, sobretodo en las noches tan oscuras de invierno, el año 1975 ya regresaba solo.

Ella era del grupo de la hermana mayor de mi amigo de niñez,  "Calambrito", la veía todas las tardes cuando cada quien iba a su colegio, pero en las noches, venía sola y también bajaba en el paradero 26... De los cinco días de la semana, la veía al menos cuatro y cuando no la veía, me sentía vacío y pensaba ¿Habrá subido a un carro antes o tal vez subirá en el carro después de éste.... Flaquita, piernas largas, delicada al hablar, no se porque me gustaba su risa... 

Era fácil encontrarla, las unidades de transporte eran contadas, no había tanto tráfico... Yo abordaba el microbús, en el cruce de la calle Junín con la Vía Expresa en Surquillo, ella subía en el óvalo de Higuereta que era por donde quedaba su colegio ... 

Ha pasado mucho tiempo, jugamos fútbol varios años con su hermano ya fallecido, a veces veo a una de sus hermanas y nos saludamos... 

Ella se casó hace mucho tiempo, tiene hijos grandes y con su esposo también hemos jugado fútbol, (también falleció, en la Pandemia)... en diferentes equipos y hasta nos llamaron a la selección de fútbol de la Tablada pero llegamos a jugar juntos por el Comité Vecinal N°26 (Que era como nos organizábamos antes)... a veces coincidíamos con él, antes que falleciera y nos saludábamos... 

También la he visto con sus hijos… a veces coinciden nuestras miradas sin saludarnos y los años no la maltrataron, aunque ahora tiene un poco más de caderas y piernas, diría que se ve tan bien que supera su apariencia de los años 70, claro que con el peso y paso de los años se ve diferente...

Tiene por lo menos dos años de edad mayor y también ese tiempo era más alta que yo... 

En las noches, que nos encontrábamos y regresábamos a casa, caminábamos un aproximado de diez cuadras sin hablar separados tal vez por un metro o metro y medio de distancia, era casi tan sepulcral el silencio que nos envolvía que creo que ambos escuchábamos nuestra respiración y la respiración de la otra persona... 

Nunca le hablé, nunca me habló, nunca nos hablamos...