jueves, 9 de marzo de 2023

MI AMIGO CÉSAR FERNÁNDEZ DE CASTRO


El martes pasado que me llamó mi amigo César, me decía…
“Felipe, que buenos tiempos en nuestra niñez, a pesar de la pobreza en que vivíamos (en San Francisco de la Tablada de Lurín)… nunca voy a olvidar aquellas noches que jugábamos bajo una luna llena increíble, tanto, que parecía de día…”
Cuando escuché esas palabras me acordé de mí papá que nos contaba cuando éramos niños, nos decía: “En mis tiempos la luna era más grande” y siempre se me quedó eso en la cabeza.
Recuerdo que ellos eran seis hermanos y tres hermanas, todos excepto uno de ellos, están en USA… La Pandemia se llevó a un hermano (Álex) y a una hermana (Sonia), una cuñada y dos sobrinos, una total desgracia; César venía unos días a Perú y regresando, (él es mecánico de aviones) lo mandan a Irak…
Yo recordé con él otras anécdotas pero me olvidé recordarle, un día verano que salimos a las 05.00hrs, creo que fue en 1976, para cruzar el desierto de Villa el Salvador, tenía 13 años de edad. Ya he contado antes, lo peligroso que era ir a la laguna (parte del llamado hoy, Pantanos de Villa).
Pero esta vez, fuimos con César a la altura de la playa Venecia, por el hoy, peaje y ya a las 06.00hrs, nos estábamos bañando en el mar.
En nuestra escasa edad no medíamos tampoco el peligro del mar que como sabemos, los que hemos ido o pasado para ir al sur, que es mar abierto y las olas son tremendas y ese tiempo era una playa donde no había nadie y el mar que siempre te jala… simplemente si tenías problemas te ahogabas y punto.
Como era de bajada llegábamos rápido, el problema era por la parte que era desierto puro, bajamos por el “Lomo de Corvina” y fue esa vez que vi la razón del porque cambiaban las manchas, pues ese cerro de arena lo veía todos los días desde mi casa. Eran una de las miles de especies de espinas que existen en los desiertos, pero éstas crecían en el aire y se alimentaban de la humedad del ambiente (al frente, estaba el mar) y se movían por el fuerte viento. “El Lomo de Corvina” es histórico pues fue uno de los lugares de la llamada Batalla de San Juan de Miraflores, yo personalmente me imagino que fue una verdadera guerra en el desierto, al igual que los cerros de la actual Pamplona de Villa María del Triunfo y el”Morro Solar” de Chorrillos, aunque estos dos últimos mucho más pedregosos que el “Lomo de Corvina”.
Durante la incursión de los chilenos, Jorge Basadre apenas menciona a “La Tablada de Lurín”, el chileno Baquedano, como un sitio desde donde preparar la invasión a Lima, un lugar cómodo para descansar o para retirarse en caso fracase la invasión. Otros historiadores la mencionan como un lugar inhóspito, pero según la Arqueóloga Josefina Ramos de Cox, fue un asentamiento humano importante de la era precolombina.
Pero regresando a mi relato después de habernos bañado en el mar por una hora venía lo más desagradable… el regreso,  en pleno verano y de subida era terrible; recuerdo que regresábamos sin ropa solamente con la zapatillas puestas totalmente desnudos y hasta queríamos sacarnos la piel para no sentir calor, si se hubiera podido, lo hubiéramos hecho…
Nada comparable al regreso de los días de playa cuando aún no existía el circuito de playas de la Costa Verde y teníamos que subir de regreso la quebrada de Armendáriz de terreno totalmente pedregoso, con piedras redondas de río, cuando vivía en Miraflores.
Es increíble pero ese lugar desértico, que era un desierto de verdad (esté ahora habitado), porque es arena pura y yo recuerdo, haber visto y nadie me lo ha contado, desde mi casa de San Francisco de la Tablada de Lurín, verdaderas tormentas de arena como en las películas, verdaderas tormentas de arena en Villa El Salvador, que tapaban completamente la vista del mar y si era por los atardeceres la arena cubría totalmente el sol. Aclaro que cuando digo desde mi casa, no era que viviera en el cerro sino en una especie de Loma, como las Lomas de Lachay, anteriormente ya expliqué lo que era un tablazo que era una elevación de terreno que antes fue mar.
Con César tenemos un sinfín de anécdotas que recordar y así como se los estoy contando a ustedes también lo está leyendo él, incluso teniendo mi edad estudió un año de la secundaria con mi hermano menor José.
Yo los recuerdo a todos, son parte de mi niñez y adolescencia… se fueron en Julio de 1977, a vivir a San Juan de Miraflores… todos tenemos diferentes caminos a pesar de partir del mismo tronco, misma vecindad, mismo colegio, Universidad, centro de trabajos…
Espero te haya gustado el recuerdo César y hablamos en cualquier momento, un abrazo.

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