jueves, 15 de junio de 2023

MEAR EN LAS MADRUGADAS, EN LOS TIEMPOS DE PARKINSON…

 


2:57hrs, mi organismo me pide a gritos visitar nuevamente el cuarto más usado, más pedido de la casa y tal vez el más querido… pero veo la hora, la madrugada está casi entera.

Por si acaso no vayan a escandalizarse porque puse la palabra mear que solamente es un sinónimo de orinar.

Ya no es como antes que buscaba el reloj para situarme en el tiempo, con su lucecita o sus manecillas que podías ver en la oscuridad porque eran fosforescentes, ahora busco a tientas el teléfono celular que puse a cargar antes de echarme a dormir y es de gran utilidad porque sin necesidad de prender la luz, que por cierto lastima mis ojos al someterlo bruscamente después de la completa oscuridad, también tiene linterna y bueno ya me situé en la hora y estoy sentado en mi cama, esperando despertar un poco y no tener sorpresas, como por ejemplo caerme o algún mareo, al empezar el larguísimo camino hacia el baño.

Ahora la palabra “larguísimo” también me hace recordar a otra persona, Jaime Eduardo Muñoz Gutiérrez, “Guayo”, que fue jefe de Sistemas cuando entré a la Cía. Molinera del Perú S. A. a trabajar; esta empresa en la que trabajé desde 1981 hasta 1996 prácticamente en dos partes porque la primera parte la hice en la empresa que mencioné y  la segunda parte en la fábrica de fideos Lavaggi Hnos. pertenecía al grupo de los hermanos Nicolini. En los equipos que participaban en el campeonato interno de fulbito había siempre un equipo de Gerencia que era integrado por los jefes máximos de cada división, por los Gerentes y Subgerentes, también venían los hermanos Nicolini con sus hijos a jugar, claro que también con los jales o el jale de su conveniencia, el principal era Gerardo Beretta de excelente presencia y un gran juego y acomodo de los jugadores de su equipo.

Me enteré años después, que jugaba en el Sporting Cristal en un equipo de mayores y regresando a  casa falleció debido a un accidente automovilístico. En uno de esos partidos que estaba jugando Gerencia, la gente pedía a viva voz “Que entre Guayo, que entre Guayo”, él era el jefe de la División de Administración y Finanzas, y al final lo convencieron y entró a la cancha, dio una sola corrida, y se doblaba de cansancio, no podía ni respirar, salió del campo inmediatamente. Recuerdo que yo lo miraba atentamente,  se cruzaron nuestras miradas y me dijo, casi ahogándose porque se había quedado sin aire después de esa corrida, “zambo, estos partidos son larguísimos”…

Volviendo a mi relato como si de “La Metamorfosis” de Frank Kafka se tratara, como no tomo pastillas en la madrugada, nada ni nadie me protege, ni me defiende, así que a ponerse de pie y caminar. No es como en las fotos con algo de efectos de la levodopa que tomo durante el día y camino mas o menos bien o como los videos en que aún se me ve sonriendo… sin medicación, apenas puedo dar  algunos pasos y por momentos es como si tuviera las piernas congeladas, no de frío sino de falta de movimiento.

Es simplemente el largo, triste y esforzado camino hacia el baño.

Previamente por el problema de salud que tengo, el camino está totalmente despejado, pero al igual que las diferencias entre, corrida de 100 metros libres planos y las carreras de 100 metros con obstáculos, ésta parece una carrera con obstáculos, pero sin obstáculos, el obstáculo soy yo mismo.

Los pasos no son largos ni seguros como hace algunos años, debo ir caminando y calculando donde doy cada paso, a veces arrastrando, lo bueno que ya no es una carrera donde se compite así que no hay problema, el problema en sí depende de mi organismo o mejor dicho de mi vejiga, de la urgencia con que me despertó y me obligó a levantarme, pero hay que hacerlo si no, “pañales, pañales”, expresión que mi papá usaba cuando aún estaba vivo y bromeaba con ese artículo y aprovecharé en contarles el porqué.

Cuando papá se enfermó, entre el 2005 y 2008, mi hermano Lucho y yo nos dedicamos a él y a preocupamos por su salud y llevar a mi papá al hospital Rebagliati y cada uno hacía su parte; él lo transportaba y yo me encargaba de conseguirle las citas en el hospital y acompañarlo. El hospital era como mi dormitorio y los asientos mi cama porque como trabajaba en la madrugadas me quedaba dormido y tenía que ir detrás de los doctores, doctoras y/o de los administrativos para que le den citas y tratamiento a mi papá,  pero bueno para resumir esta anécdota o recuerdo les cuento que saliendo del hospital Rebagliati y caminando aún a pie con él, para llegar hasta donde había estacionado su carro Lucho, como ustedes saben, en los alrededores venden (aparte de ataúdes) toda clase de artículos y sobre todo para la gente que tiene problemas de salud… al pasar por el costado de una tienda, a mi papá ya se le veía mal, se le ocurrió al vendedor decirle “pañales, pañales”, papá que normalmente reaccionaba o respondía a lo que no le gustaba o gustaba, solo lo miró y se quedó callado, pero cuando llegamos al carro de mi hermano Lucho tomamos el camino y de regreso  justamente volvimos a pasar por aquel sitio donde a mi papá le habían dicho, “pañales, pañales”, entonces mi papá casi quejándose con mi hermano le dijo: "Hijo, ese concha de su madre me dijo pañales, pañales”…

Es algo que siempre recordaré de mi padre, trataba y tomaba la vida con mucha gracia inclusive en los peores momentos de su salud y cuando ya estaba para cambiarse de vecindario, o sea irse de este mundo, tengo en mi mente varias anécdotas de mi papá que por supuesto estuvo consciente hasta el último segundo de su vida sólo que físicamente ya no podía vivir con la artritis reumatoide que lo aquejó los últimos cinco años.

Me pongo de pie, pero previamente me pongo los zapatos que tengo al pie de la cama, en realidad son zapatillas, menos mal que no siento ningún mareo, empiezo a caminar, abro la puerta del cuarto y como estoy en oscuridad y con mi problema, me hago un poco de más problemas con que si doy un paso de más o de menos para no chocar o golpearme con la puerta pero igual salgo triunfante de aquella batalla, sólo faltan unos cinco o seis pasos de una persona normal para llegar al baño; para mí son el doble y con muchos problemas pero igual hay que conseguir el objetivo obligatoriamente, así que adelante.

Llego a la puerta del baño, ahí si no me queda otra que prender la luz apresuradamente e ir a donde tenía que ir, al wáter como le decimos nosotros, al inodoro.

Pero eso no es todo, el Parkinson conlleva a tener varias enfermedades a la vez así que, problemas en la próstata, problemas en el sistema urinario, problemas en el sistema digestivo, pero bueno en este caso mi problema es urinario, debo estar chequeándome permanentemente la próstata y que no tenga litotricia o cálculos a los riñones como le llamamos nosotros comúnmente, pues ese par de cosas dificultarían aún más mi objetivo final, poder orinar. (Yo sé lo que es tener piedras en el riñón, sé también de los cólicos terribles que dan antes de poder expulsar la piedra o el cálculo por la punta del pene, he tenido ese problema ya mucho antes).

Tomé mi Tamsulosina Clorhidrato de 0.4mg?, tomé mi Terazosina de 5mg?,  (son las que recetan para los que tienen problemas con la próstata, menos mal que es crónico o pasajero no es permanente, si es permanente no queda otro camino que operar). No es que me olvide, sino que odio tomar pastillas y cuando lo hacía siempre me daba náuseas, ahora tomo varias, no queda otro remedio. Bueno igual, si he tomado o no, debo seguir en busca del objetivo final y nuevamente lo consigo, no después de haber tenido problemas con la puerta del baño, por ahora debo ponerme físicamente en una especie de ángulo de 45 grados para no tener problemas con mojar el baño o mojar el pantalón del pijama, eso ya sería un signo de derrota y como esta es una enfermedad degenerativa se vendrán más complicaciones en el futuro no sé si será de inmediato o a largo plazo, todo depende de cómo avance este proceso muy problemático que tengo o pueda hacerme la cirugía a la que aspiro y no haya complicaciones antes, durante, después y los resultados sean óptimos y al menos controlen el temblor y la rigidez que es lo que más me molesta y para lo que recomiendan esa cirugía.

Conseguí el objetivo, he triunfado nuevamente, solamente falta el otro largo camino y esta vez es de regreso pero sin el apuro que me acompañaba la ida.

Ya no me importa dar los pasos largos o cortos, la cosa es llegar nuevamente a mi cama y aquí se vuelve a presentar otro problema: volver a conciliar el sueño.

Entre los muchos problemas que sufrimos los que tenemos Parkinson, está el insomnio, antes de dormir estoy tomando todas las noches 1mg. de clonazepam para poder conciliar el sueño pero siempre o casi siempre después de esta levantada obligatoria, no puedo dormir así que a agarrar el celular o me levanto y me siento a escribir como lo hago ahora o pensar en las cosas que tengo pendientes para los próximos días.

Hasta hace algunos años, creo que hasta hace tres años jamás me levanté por las noches para ir al baño.

Ahora con la obligación que me da mi organismo por la nueva situación en que se encuentra, hasta de comer, beber, ver televisión y hacer una fiesta me dan ganas, cuando no puedo dormir en las madrugadas, pues no tengo la obligación de levantarme temprano al día siguiente para ir a trabajar.

Así qué si concilié nuevamente el sueño, qué bueno, si no lo logré, qué importa, igual sigo vivo y respiro, y mientras respiro y vivo no dejo de joder, lo digo en el sentido positivo no dejar de joder en opinar, planear, ordenar, tomar las mejores decisiones  con el dinero, los gastos… en realidad, un trabajo intelectual, de planeamiento, donde nada tiene que ver el movimiento, para lo cual estoy activo solamente algunas horas del día gracias a la medicación y aprovecho para hacer mis cosas personales, ir a comprar, encontrarme con los amigos, etc., pero siempre jugando con la duración del efecto de las pastillas.

Lo que cuento no lo hago para que me tengan pena, es todo lo contrario y lo hago con mucha guasa (y esta palabra me hace acordar a mi compañero y amigo “El Guasón” Miguel Ángel Zevallos Arias, le decíamos así porque siempre tenía la sonrisa en su cara, él falleció en 1990 en un accidente cuando regresaba manejando a Lima, el hecho que le llamáramos guasón, no tenía que ver nada con Ciudad Gótica y menos con Batman, fuimos compañeros de trabajo.

Bueno como les decía, lo que les cuento lo hago con mucha guasa, pues simplemente es una realidad que vivo por mi estado de salud casi todas las noches y no tengo inconveniente o vergüenza de contárselo a mis amigos, ustedes saben cómo he sido yo, un derroche de despliegue físico, trabajando, yendo de un lado para otro, jugando fútbol, jugando fulbito y en muchas otras canchas,  así que más bien deben tomarlo como un ejemplo de cómo es la enfermedad y de hacerme algunas consultas por si lo necesitaran nunca se sabe. Por ejemplo yo no conocía la enfermedad de Parkinson pensé que solamente eran temblores y nada más pero no era así, el Parkinson conlleva un montón de enfermedades físicas y psicológicas, pueden darte todos los síntomas o sólo algunos por eso es muy importante no dejarse vencer ni física ni psicológicamente sino en dos años te mueres. Solo tenemos una vida, a mí me tocó empezar a envejecer con esta enfermedad y no me queda otra que seguirla, tengo lo que me tocó en suerte o mala suerte, la vida la tengo bien gozada y si tengo que vivir con esto pues lo vivo, a otros les toca peores cosas en la ruleta y lo que escribo no es consuelo de tontos simplemente la vida y la muerte son así.

Les adelanto que no todos tienen la misma enfermedad de Parkinson, es diferente según cada organismo y el tratamiento al menos farmacológico difiere de uno a otro individuo.

Un doctor Neurólogo me dijo la vez pasada que una persona puede tener Parkinson de 10 a 15 años y caminar mejor que una persona sana y también hay otras que pueden tener Parkinson y a los dos años ya están en silla de ruedas. 

Esta enfermedad, le puede dar hasta a las personas jóvenes (conocí en el INR de Chorrillos a dos personas, hombre y mujer de 22 años de edad que tenían esta enfermedad) y claro cuando uno entra en años también está en peligro de sufrir estos problemas, a mi me lo diagnosticaron a los 55 años, aunque mis sospechas venían ya desde hace poco más de cinco años antes, (nunca se lo dije a nadie pues tenía la esperanza de que no se llegara a desarrollar en mi cuerpo) que me lo diagnosticaran, sólo que no le hacía caso, seguía mi vida normalmente.

Lo que sí es muy seguro es que los investigadores de esta enfermedad no encuentran exactamente el motivo por el cual llega a desarrollarse en algunas personas, lo único casi seguro es que hay algunos casos que son genéticos pero la incidencia es en un 10%, lo demás no cuenta, así haya sido una persona sana, deportista, sin problemas, etc.

Es muy cierto que mi enfermedad no tiene cura y que me acompañará hasta el final pero lo bueno es que la ciencia ha avanzado y no para de avanzar y aún no he usado algunas de las no tan  nuevas alternativas para mejorar estos episodios y dejen de ser aventuras casi como las de Indiana Jones. Lo que pasa es que en el Perú estamos en “pañales, pañales”, es decir,  bastante atrasados en cuanto a tratar ciertas enfermedades, el Parkinson es una de ellas.

Bueno lo que acabo de contarles, por ahora, es mi aventura de casi todas las noches y puedo decir con orgullo que hasta ahora siempre  he salido triunfante…


1 comentario:

Anónimo dijo...

Y pensar que el disfrute del lograr mear, que los afectados por la prostata hallan al lograrlo, en estos tiempos los jovenzuelos ya le encontraron manera de "gozarlo" y hasta le pusieron nombre "peegasm" a esa moda sexual, curioso el humano.
Y bueno, respecto a lo que te afecta, mi solidaridad y deseo de fuerza en ti para afrontarlo, Y ojalá aparezcan avances médicos que al menos hagan más llevadero esa enfermedad. Saludos amigo y camino al baño ve cantando el himno de nuestro RP:
"Con fervor estudiantes marchemos
la victoria buscando con fe.
Adelante animosos resueltos
con firmeza, lealtad y valor"

Que tengas un buen fin de semana

ATLR.